Las calderas de vapor eléctricas son una solución limpia, segura y eficiente para numerosos procesos industriales. Sin embargo, incluso los equipos más fiables pueden sufrir averías si no se utilizan y mantienen correctamente.
En este artículo, repasamos los cinco problemas más comunes en calderas de vapor eléctricas que vemos en el día a día con nuestros clientes y cómo evitarlos de forma sencilla y rentable.
1. Daños en las resistencias por uso de agua inadecuada o falta de purgas
Uno de los fallos más habituales es la rotura o sobrecalentamiento de las resistencias eléctricas. Esto suele deberse a una mala calidad del agua (alta dureza o contenido en sales) o a la falta de purgas regulares, lo que provoca acumulaciones de cal e incrustaciones.
Cómo evitarlo
- Utiliza agua tratada o desmineralizada para alimentar la caldera.
- Instala un sistema de ósmosis inversa o descalcificación si es necesario.
- Programa purgas automáticas o manuales con la frecuencia adecuada, en función del uso.
- Revisa visualmente las resistencias en cada mantenimiento programado.
2. Fallos en las electroválvulas de entrada o purga

Las electroválvulas son elementos clave en el control de entrada de agua y las purgas. Suelen fallar por acumulación de residuos, desgaste interno o falta de limpieza, lo que afecta directamente al rendimiento y seguridad de la caldera.
Cómo evitarlo
- Realiza pruebas periódicas de apertura y cierre de electroválvulas.
- Limpia o sustituye filtros en la línea de agua.
- Sustituye las electroválvulas que muestren signos de obstrucción o respuesta irregular.
- Asegúrate de utilizar repuestos originales y de calidad.
3. Problemas con los niveles de agua
Los sensores o sondas de nivel controlan la cantidad de agua en la caldera. Si se ensucian, se descalibran o fallan, pueden provocar alarmas constantes o incluso un funcionamiento inseguro del equipo.
Cómo evitarlo
- Limpia regularmente las sondas o flotadores, especialmente si el agua tiene impurezas.
- Verifica que el nivel se mantiene estable durante el funcionamiento.
- Cambia los sensores de nivel según el plan de mantenimiento o al menor indicio de fallo.
- Utiliza dispositivos de control redundantes en aplicaciones críticas.
4. Fallos eléctricos y de control por mal mantenimiento
Aunque las calderas eléctricas tienen menos componentes móviles que una de gas, los elementos eléctricos (cableado, contactores, PLCs o sensores de temperatura/presión) pueden deteriorarse con el tiempo.
Cómo evitarlo
- Realiza inspecciones eléctricas anuales.
- Comprueba el estado de conexiones, aislamientos y relés.
- Evita que el cuadro eléctrico acumule humedad o suciedad.
- Mantén el software de control actualizado si el sistema lo permite.
5. Ausencia de mantenimiento preventivo planificado
Muchos usuarios creen que las calderas eléctricas “no necesitan mantenimiento”. Este error suele llevar a averías acumuladas, tiempos de parada inesperados y costes elevados de reparación.
Cómo evitarlo
- Implanta un plan de mantenimiento preventivo, con periodicidad mensual, trimestral o semestral según el uso.
- Registra todas las tareas realizadas (purgas, limpiezas, recambios, verificaciones).
- Capacita al personal de mantenimiento interno o contrata un servicio técnico especializado.
- Programa inspecciones regulares para detectar problemas antes de que se conviertan en averías.
Conclusión
Una caldera de vapor eléctrica bien cuidada puede durar muchos años con un rendimiento óptimo. Los problemas más comunes son fáciles de evitar con agua adecuada, purgas frecuentes y un buen mantenimiento.
En Giconmes, además de fabricar calderas de alta calidad, ofrecemos recambios originales y asesoramiento técnico para que tu instalación funcione siempre al 100 %.
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